Horario de invierno

Lo empezó a hacer desde muy joven: cada vez que tocaba atrasar una hora el reloj, él discretamente restaba sesenta y un minutos. Y en el ajuste de primavera lo adelantaba solo cincuenta y nueve, como quien no quiere la cosa. Por eso pudo, después de mucho tiempo robándole dos minutos al año, seguir charlando como si nada con sus hijos y nietos durante un par de horas después de exhalar su último suspiro.

6 comentarios:

Puck dijo...

Si surte efecto será cuestión de apurar un poco más en cada cambio y ganar, quién sabe, si unos días.
Saludillos

Peque dijo...

Me tocó la fibra. Buen truco, una pena que sea ficción.

Peque dijo...

Me tocó la fibra. Buen truco, una pena que sea ficción.

Roberto dijo...

Pruébalo, Puck, y me cuentas :-)
Gracias por dejar tu huella por aquí.

Peque: Si el micro toca una fibra creo que ha cumplido su cometido ¿no?

El conocimiento es un amigo mortal dijo...

Excelente.

Cuando no se quiere volar alto lo mejor es cargar el globo de equipaje.

Un abrazo.

Roberto dijo...

Gracias, Amigo Conocimiento, por volver por aquí y dejar su huella. Ya se le extrañaba :-)
Un abrazo grande.